Caminar, nadar y pilates

Quizá te suene estas tres palabras.Son las habituales que los médicos suelen recomendar a los pacientes cuando por alguna dolencia deben hacer ejercicio.
Nadar
Nadar

Y esto ha sido un avance, ya que antes la pauta era el reposo, y el cuerpo como organismo vivo se adapta al medio. Si le damos reposo, el cuerpo elimina masa muscular y ósea porque gasta energía y no le hace falta para estar reposando. 

En cambio, el ejercicio obliga al cuerpo a adaptarse fortaleciendo la musculatura y los huesos para ser capaz de responder a las demandas diarias, como subir escaleras, llevar las bolsas de la compra o levantarnos del sofá.

La pregunta es, ¿caminar, nadar y pilates cubren todas las necesidades? ¿Son válidas para todos y para todo? la respuesta corta es que no. 

Sin duda estas tres actividades son beneficiosas para la salud, pero dejan sin cubrir algunas necesidades importantes y tampoco son las mejores opciones para todos los problemas de salud. 

Para despejar estas dudas, lo mejor es consultar a un fisioterapeuta o a un educador físico deportivo para valorar la actividad o ejercicios más adecuados al problema de la persona en ese momento. Y sobre todo, enseñar a realizar correctamente los ejercicios. Porque tantas veces hemos recibido unas hojas llenas de ejercicios para realizar en casa sin supervisión, dando por hecho que sabríamos hacerlos correctamente, pero nadie ha aprendido a cocinar leyendo un libro de recetas. 

Tan importante es la elección de los ejercicios como su correcta ejecución. Quizá algún día el médico cambie el “caminar, nadar y pilates” por un “vaya a un fisioterapeuta/educador físico que le paute ejercicio”. Mientras, me conformo con que aconsejen entrenar la fuerza. 

Algunos podrían pensar que eso de entrenar la fuerza no es para ellos, que eso es de gente super musculada de gimnasio. Pero de la fuerza de nuestros músculos depende poder levantarnos de un sofá, subir unas escaleras sin dificultad, llevar las bolsas de la compra, coger a nuestro nieto en brazos o dejar una pota en la estantería de arriba a la que llegamos poniéndonos de puntillas. La fuerza está presente en nuestro día a día, y entrenarla es la mejor forma de mantener nuestra autonomía durante más años.

Por tu salud, entrena la fuerza y disfruta de caminar, nadar y hacer pilates. Ponte en manos de profesionales que te valoren, asesoren y enseñen; para sacarle todo el partido a la poderosa herramienta que es el ejercicio físico, la mejor medicina y sin efectos secundarios.